Cuándo y por qué recurrir a un Parto por Cesárea: Razones Médicas y Fetales

Parto por Cesárea: Seguridad Materna y Fetal en Primer Plano

El parto por cesárea es una intervención quirúrgica en la que se realiza una incisión en el abdomen y el útero de la madre para extraer al bebé. Esta opción se reserva para situaciones en las que se considera necesario o más seguro para la madre o el bebé en comparación con un parto vaginal.

Cuando se realiza un parto por cesárea, las incisiones se hacen en las paredes abdominales y uterinas. Hay dos procedimientos. La incisión longitudinal (que consiste en cortar de arriba hacia abajo desde el ombligo hacia el pubis) no es utilizada hoy en día a no ser que se trate de un caso de emergencia, o si ya existiera una incisión longitudinal anterior. La incisión más común es la segmentaria baja o "bikini". Que se realiza horizontalmente por encima de la línea del vello púbico. En este caso, la herida sana mejor y la cicatriz será menos visible.

La incisión del útero también puede ser horizontal o vertical. La más utilizada es la horizontal ya que produce menos hemorragia y porque la posibilidad de tener un parto vaginal en futuros partos mejora.

Cuándo se suele recurrir a un parto por cesárea

  1. Razones maternas:
    • Dificultades en el trabajo de parto: Si el trabajo de parto se prolonga demasiado o la madre no progresa adecuadamente, puede ser necesario realizar una cesárea para evitar complicaciones como la fatiga o el agotamiento materno.
    • Problemas de salud preexistentes: Si la madre tiene ciertas condiciones médicas, como hipertensión arterial no controlada, enfermedad cardíaca grave o infección activa por el virus del herpes genital, se puede optar por una cesárea para proteger su salud.
    • Cirugías previas del útero: Si la madre ha tenido cirugías uterinas previas, como una cesárea anterior o una miomectomía (extirpación de fibromas), puede ser más seguro realizar una cesárea para evitar la ruptura uterina durante el parto.
  2. Razones fetales:
    • Sufrimiento fetal: Si se detectan signos de sufrimiento fetal durante el trabajo de parto, como una disminución de los latidos cardíacos fetales o una falta de oxígeno, se puede realizar una cesárea de emergencia para acelerar la entrega del bebé.
    • Problemas de posición o tamaño: Si el bebé está en una posición anormal, como presentación de nalgas o transversa, o si es demasiado grande para pasar por el canal de parto de manera segura (distocia de hombros), se puede optar por una cesárea.
    • Placenta previa: Si la placenta se encuentra cerca del cuello uterino y bloquea la salida vaginal (placenta previa), una cesárea es necesaria para evitar hemorragias potencialmente mortales para la madre y el bebé.

Algunos riesgos de la Cesárea

  • Puede aumentar el riesgo de hemorragia interna.
  • Infecciones
  • Requiere más tiempo de ingreso en el hospital que el parto vaginal.
  • Requiere más tiempo de recuperación
  • Puede ocurrir que el bebé no expulse bien el líquido acumulado en sus pulmones y pueda ocasionarle algún problema respiratorio. En un parto vaginal el bebé expulsa el líquido cuando desciende por el canal del parto. Cuando se hace una cesárea suele eliminarlo unas horas después del nacimiento. Los problemas surgirían en caso de no hacerlo.

¿Qué pasa cuando se ha tenido un parto por cesárea anteriormente?

Hasta hace un tiempo, los médicos en estos casos volvían a recurrir a realizar una nueva cesárea ya que les preocupaba que el esfuerzo de las contracciones del parto pudiera causar problemas en la cicatriz anterior. Pero hoy se sabe que esa posibilidad es menor, especialmente si la incisión uterina que se hizo en la cesárea anterior fue del tipo horizontal bajo.

Son muchos los médicos y personal sanitario que apoyan el parto vaginal después de una cesárea (PVDC) en aquellos casos en que no peligre la salud de la madre ni del bebé.

Por otro lado, muchos obstetras creen que si la cesárea anterior implicaba una incisión uterina de arriba a abajo, el parto debe volver a ser por cesárea.

¿Qué pasa cuando el bebé es muy grande y/o la pelvis muy pequeña?

En estos casos, todo dependerá de cómo esté evolucionando el parto. Es muy aconsejable que realices los ejercicios de relajación, respiraciones y posiciones que aprendiste durante las clases de parto para ayudar a que se dilate el cuello uterino y que el parto siga su curso favorablemente. Pero muchas veces, aún haciendo todo lo posible para evitarlo, podría ser necesario hacer una cesárea.

¿Qué pasa cuando el parto no evoluciona?

Esto ocurre cuando el útero no se contrae como debe. En este caso apóyate en la persona que te acompaña, intenta mantenerte tranquila, respira adecuadamente, camina y muévete todo lo que sea posible. Si estás acostada ponte de lado. Recuerda que los medicamentos contra el dolor pueden interferir en las contracciones, lo ideal es tomar lo menos posible, consulta siempre las opciones con el personal que te atiende. Para que entre todos puedan lograr que el parto progrese.

¿Qué pasa cuando el bebé presenta sufrimiento fetal?

Ocurre cuando el bebé no recibe suficiente oxígeno. Una señal de que el feto está sufriendo es un cambio en su frecuencia cardiaca. Otra señal es cuando se encuentra una mancha de meconio, esto ocurre cuando el bebé evacúa dentro del útero, cambiando el color del líquido lo rodea de transparente a verde, amarillo o pardo.

En ocasiones el sufrimiento fetal Puede solucionarse:

  • Con un cambio de posición de la madre.
  • Poniéndole oxigeno.
  • Suministrando líquido intravenoso
  • Aplicando más lentamente o incluso deteniendo el flujo de la oxitocina (medicamento para acelerar el parto).

El personal médico observará al bebé más detenidamente a través de vigilancia electrónica interna continua o con una muestra de sangre fetal. Todo el procedimiento puede eliminar la posibilidad de tener que hacer cesárea.

¿Qué pasa si el bebé viene de nalgas?

Algunos bebés vienen de nalgas o de pies (nalgas completas). Muchos de ellos suelen girar ellos mismos y terminan poniéndose cabeza abajo.

El parto vaginal de nalgas completas puede ser muy difícil para la madre y el bebé. Por eso la mayor parte de los bebés en posición de nalgas nacen por cesárea, especialmente si la madre es primeriza, el bebé es prematuro o muy grande. En caso de no presentar esas características, algunos médicos optan por el parto vaginal.

Consulta con tu médico o matrona sobre los ejercicios que puedes hacer para ayudar al bebé a voltearse.

Problemas con la placenta

Si la placenta se desprende del útero antes de que el bebé nazca, puede causar hemorragia vaginal (desprendimiento prematuro de la placenta), o la placenta se queda adherida al útero sobre parte o todo el cuello uterino (placenta previa). Cualquiera de las dos pueden causar en la madre hemorragia fuerte y que al bebé le falte oxígeno, y puede ser necesario un parto por cesárea.

Hipertensión inducida por el embarazo

La hipertensión en el embarazo es una enfermedad grave que suele presentarse especialmente en el tercer trimestre. Las señales pueden ser repentino aumento de peso, hinchazón de los pies y manos, dolores agudos de cabeza, mareo, visión borrosa, proteína en la orina y aumento de la presión sanguínea. Es muy peligrosa t para la madre y para el bebé. Si el bebé no nace rápidamente, la madre puede tener convulsiones, un derrame cerebral o fallarle los riñones. La Hipertensión limita el flujo de sangre al útero y reduce el flujo de sangre al bebé. En este caso también se puede recurrir a la cesárea.

Cuando la madre es diabética

La diabetes puede causarle problemas al bebé, que puede ser más grande que el tamaño medio, o el flujo de sangre al bebé se puede reducir. Ambas cosas pueden llevar a practicar una cesárea.

Herpes genitales u otras infecciones

En estos casos se puede hacer una cesárea para evitar que en el momento del parto el bebé se contagie.

Prolapso del cordón

El prolapso del cordón es cuando durante el parto éste es expulsado o sale prematuramente hacia la vagina antes que el bebé. Esto es peligroso, ya que la presión que ejerce la cabeza del bebé contra el cordón reduce su flujo de sangre y oxígeno. La cesárea puede proteger al bebé aliviando la presión.

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Es importante destacar que cada caso debe evaluarse de manera individual, y la decisión de realizar una cesárea debe ser tomada por el equipo médico en consulta con la madre, considerando los riesgos y beneficios específicos de cada situación.

Fuentes:

  1. Guía de Práctica Clínica sobre Atención al Parto Normal. Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. España.
  2. Royal College of Obstetricians and Gynaecologists. (2011). Birth After Previous Caesarean Birth. Recuperado de https://www.rcog.org.uk/globalassets/documents/guidelines/green-top-guidelines/gtg_45.pdf
  3. American College of Obstetricians and Gynecologists. (2017). Cesarean Birth. Recuperado de https://www.acog.org/clinical/clinical-guidance/committee-opinion/articles/2017/02/cesarean-delivery
  4. World Health Organization. (2015). WHO Statement on Caesarean Section Rates. Recuperado de https://www.who.int/reproductivehealth/publications/mat

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