preocupaciones sintomas

Son pocas las mujeres que se libran de tener molestias en el embarazo y ya no digamos la cantidad de preocupaciones, dudas y miedos que van surgiendo en cada etapa de la gestación. Es conveniente que vayas apuntando en una libreta todas las preguntas que quieras hacerle a tu médico o matrona para cuando acudas a las revisiones no se te olvide preguntarle nada.

Malestar mañanero: Durante las 12 primeras semanas del embarazo es muy habitual sentir asco por alimentos u olores y tener nauseas y vómitos. Por lo general cuando peor se encuentra la mujer es por la mañana, aunque en realidad puede ocurrir en cualquier momento del día. En principio son los cambios hormonales los responsables de este malestar. En muchas mujeres las nauseas ocurren cuando tienen el estómago vacío. Así que una opción es comer varias veces al día en pequeñas cantidades. Procura tener galletas al lado de la cama y toma alguna antes de levantarte. También puedes tener algunas en el bolso o donde suelas estar habitualmente.

Evita los alimentos que te den asco y no soportas su olor. Evita alimentos fritos, condimentados y pesados. En el caso de que el agua te provoque revoltura, puedes tomar polos de hielo, zumos o hielo triturado.

Hay medicamentos para aliviar estos malestares consulta siempre con tu médico y el te dirá si es necesario que los tomes y cual tomar.

Por lo general el malestar desaparece después de las doce semanas, aunque en alguna permanecen más tiempo.

Estreñimiento: Ocurre cuando las heces son duras y en ocasiones producen dolor y dificultad para ser expulsadas. Es muy habitual tener estreñimiento en el embarazo y en las mujeres que ya lo padecían puede haber un empeoramiento. Puedes encontrar alivio bebiendo suficiente líquido, practicado ejercicio diario, consumiendo frutas, verduras y cereales integrales. No tomes ningún laxante sin antes consultar con tu médico.

Ardores: Son el resultado del reflujo de ácido del estómago hacia la parte baja del esófago, irritándolo y dando esa sensación de ardor en el pecho y mal sabor de boca. Son muchas las mujeres embarazadas que tienen ardores y con más frecuencia según avanza la gestación, ya que el estómago se va desplazando con el crecimiento del útero, retrasando el vaciado del estómago. Si tienes ardores, consume comidas ligeras a intervalos frecuentes. Come despacio y evita las grasas. El café, incluido el descafeinado puede agravar los ardores. Si al estar acostado notas más intensidad en los ardores, prueba a elevar la cabecera unos 15 cm y come 2 o 3 horas antes de acostarte. Si no puedes con la acidez consulta con tu médico.

Dolor de espalda: Muy frecuente en el embarazo. Como los ligamentos se vuelven más elásticos, para permitir que la pelvis se expanda durante el parto, las articulaciones son más propensas a lesiones y esguinces. Además, según va avanzando la gestación, el centro del equilibrio y la postura cambian, ejerciendo mucha más presión sobre la espalda.

El dolor suele localizarse en la parte baja de la espalda e incluso puede llegar a descender por una o ambas piernas (ciática).

En el segundo trimestre puedes sentir el llamado dolor del ligamento redondo. Este dolor se siente en los lados del abdomen a consecuencia de la distensión de los ligamentos abdominales por el útero en expansión. Puedes intentar aliviar la tensión acostándote sobre el lado izquierdo. Procura aumentar sólo el peso justo y si es necesario puedes usar una faja para embarazadas. Habla con tu médico y sigue todas las recomendaciones.

Varices: Durante el embarazo los vasos sanguíneos tienen que adaptarse a un mayor volumen de sangre. Al agrandarse el útero, el flujo de sangre que va desde las piernas hasta la pelvis disminuye, haciendo que las venas se hinchen. Las varices suelen empeorar al final del embarazo y son más habituales en mujeres que permanecen mucho tiempo de pie o con mayor edad. Es recomendable que descanses con los pies elevados siempre que sea posible. No uses prendas apretadas. Consulta con el médico para el uso de medias especiales.

Hemorroides: Son un agrandamiento de las venas del ano debido a la presión. Pueden producir dolor y pico al hacer esfuerzo. Suelen empeorar en el embarazo y acompañarse de estreñimiento. Para sentir alivio puedes tomar baños de agua caliente y con la aplicación de crema de hamamelis. También existen supositorios, consulta con tu médico.

Dificultad para dormir: Algunas de las causas pueden ser, las ganas de orinar con frecuencia, el movimiento del bebé, preocupaciones y nervios referentes al embarazo y al parto, etc. Algunas recomendaciones para combatir el insomnio son: evitar el consumo de bebidas con cafeína o teína, evitar acostarse inmediatamente después de comer, practicar ejercicio (pero varias horas antes de irte a dormir), un baño de agua caliente, leer un libro, escuchar música, evita estar dando vueltas en la cama. No tomes medicamentos para dormir, salvo que te lo mande el médico.

Hinchazón: El líquido tiende a acumularse en el cuerpo, especialmente en las piernas, pies, tobillos y manos. Por lo general la situación empeora después de pasar mucho rato de pie o cuando hace mucho calor. Pero suele solucionarse con una noche de descanso. Al sentarte y acostarte eleva siempre las piernas para reducir la hinchazón. Nadar y hacer ejercicios con las piernas en el agua, también es muy beneficioso.

Si se te hincha la cara, sobre todo alrededor de los ojos, puede ser que tengas preeclampsia, en ese caso consulta inmediatamente con el médico.

Viajes: Puedes viajar durante el embarazo a no ser que el médico te diga lo contrario.

Antes de planificar un viaje, valora tu estado actual, nauseas frecuentes, vómitos, etc. Un viaje puede empeorar estos síntomas.

Si vas a realizar un largo viaje, donde tienes que permanecer mucho tiempo sentada, puede traer riesgo de formación de coágulos de sangre en las piernas. Para evitarlo, levántate y camina unos minutos al menos cada dos horas.

No es recomendable viajar durante las últimas semanas de embarazo, incluso hay muchas compañías aéreas que no permiten viajar cuando la fecha de parto está cerca.

Si viajas en coche usa siempre el cinturón de seguridad y colócalo adecuadamente. Puedes poner una almohada en la parte baja de tu espalda para evitar dolor. Cada dos horas bájate del coche y camina un rato.