Placenta Previa, Causas, Síntomas y Tipos

La placenta es el órgano que nutre al feto en desarrollo. Da al feto el suministro de sangre y los nutrientes necesarios para la supervivencia. Crece junto con el embarazo. Durante el embarazo, la placenta se reposiciona como la matriz (del útero), se extiende y crece. Al principio del embarazo, una placenta baja es muy común, pero a medida que avanza el embarazo, la placenta se mueve hacia la parte superior del útero. Para el tercer trimestre, la placenta debe estar cerca de la parte superior del útero, dejando la abertura del cuello uterino para el parto. Sin aun así se queda en la parte más baja del útero y cubre el cuello del útero, es lo que resulta en la llamada placenta previa.

Las causas de la placenta previa

La placenta previa ocurre en 4 de cada 1,000 embarazos. La causa exacta de esta complicación es aún desconocida, pero su frecuencia aumenta en mujeres que tienen:

  • Forma anormal hereditaria del útero.
  • Fibromas uterinos.
  • Cicatrización de la pared uterina causada por embarazos anteriores, cesáreas, cirugía uterina o abortos.
  • Embarazos múltiples (gemelos, trillizos, etc.).
  • Historial de placenta previa.

Las mujeres que fuman o tienen su primera gestación a una edad avanzada (más de 35) también pueden tener un mayor riesgo. Las posibles causas de la placenta previa incluyen:

  • Formación anormal de la placenta.
  • Útero anormal.
  • Una gran placenta.
  • Revestimiento con cicatrices del útero (endometrio).

El diagnóstico de la placenta previa

El diagnostico de placenta previa se confirma en el tercer trimestre (7 meses ó 28 semanas). Ante ello, la situación no es significativo, debido a que la placenta es normal. Al final del segundo trimestre o a principios del tercer trimestre, se forma el segmento bajo del útero. Esta formación hace que se tira la placenta hacia la parte superior como se explicó anteriormente. Este segmento es más grande, pero también más delgada. El músculo de esta parte no puede contraerse bien si hay una placenta previa. La ampliación del segmento bajo del útero y la abertura del cuello uterino a veces hace que se desgarre el seno uterino. Puede causar sangrado vaginal, que es el síntoma principal de la placenta previa. El sangrado es repentino, indoloro y mucha veces pesado. El sangrado puede detenerse por sí solo, pero puede empezar de nuevo en días o semanas después. Por lo general el segundo sangrado es más pesado que el primero, el tercero es más severo que la segunda y así sucesivamente, puede haber calambres uterinos con el sangrado. El trabajo de parto será después de varios días del sangrado vaginal abundante. Sin embargo, en algunos casos, el sangrado puede no ocurrir hasta después de que se inicie el trabajo de parto. Si experimentas estos síntomas, el médico llevará a cabo un examen de ultrasonido para confirmar el diagnóstico. La evaluación óptima del curso de debe tomar cerca de la mano de obra, para asegurarse de la posición de la placenta. Esa es la forma de que tomen la decisión sobre de qué manera se llevará el trabajo de parto y no hacer cambios a último minuto. Las diferentes pruebas para saber si tienes placenta previa son las siguientes:

  • Pruebas de diagnóstico que realizan para identificar si haz manifestado los signos y síntomas de la placenta previa. El objetivo de estas pruebas es para confirmar el estado y para proporcionar una intervención médica específica.
  • Examen pélvico bajo una doble configuración (preparativos para una cesárea de emergencia), debido a la probabilidad de hemorragia.
  • Ecografía transvaginal, se utiliza para determinar la posición de la placenta.
  • Prueba radiológica como la arteriografía femoral, cateterismo retrogrado o escaneo radioisótopo o localización, esto se hace para localizar la placenta.

Tipos de placenta previa

Hay cuatro tipos de placenta previa, de acuerdo con la apertura del revestimiento del cuello uterino:

  • Placenta previa completa: la placenta cubre completamente la abertura cervical. En esta situación un trabajo de parto normal no puede llevarse cabo. Puede causar sangrado grave y provocar la muerte.
  • Placenta previa parcial: la placenta cubre parte de la abertura cervical. Todavía tiene un alto riesgo de hemorragia durante el parto, por lo que una mujer en esta condición tiene más probabilidad de tener un parto por cesárea.
  • Placenta previa marginal: la placenta está cerca del borde del cuello uterino, pero no lo bloquea. El trabajo de parto puede ser normal, pero el riesgo de sangrado sigue siendo alta. Debes tener mucho cuidado.
  • Placenta baja no previa: la placenta se encuentra en la parte baja del útero a unos pocos milímetros o centímetros desde el cuello uterino. Tu bebé puede nacer normalmente, pero tienes que tener cuidado, porque todavía hay un riesgo de sangrado, pero menos al de los otros tipos.

La placenta previa es una condición crítica que puede causar hemorragia posparto e infección. También puede causar la muerte fetal si no hay intervención médica inmediata, así que siempre tienes que hacerte tus chequeos y más si sufres de algunos de los síntomas nombrados.