Si tienes un gato, durante el embarazo el médico podrá realizarte análisis varias veces a lo largo de la gestación para comprobar si tienes anticuerpos de toxoplasmosis para evitar riesgos.
Hay que dejar bien claro que la toxoplasmosis no se transmite simplemente por estar con el gato o acariciarlo. Si no tiene el parásito es totalmente seguro. Aún así, ten en cuenta que el gato puede contraer este parásito en cualquier momento si come carne cruda.
En caso de tenerla, la enfermedad estará presente en sus heces, por lo que es muy importante que no te encargues del aseo de tu mascota. Como medida preventiva evita que el gato salga de casa y que esté en contacto con otros animales que estén infectados de toxoplasmosis.
Limpiar el cajón de los excrementos del gato
¿Debo evitar hacerlo? Sí. El embarazo es el mejor momento para abstenerse de limpiar el cajón de los excrementos del gato. ¡Pero eso no significa que tengas que mantenerte alejada de tu amada mascota!
¿Cuáles son los riesgos para el bebé? La infección, toxoplasmosis, se puede transmitir a través de los excrementos de los gatos y que puede provocar problemas graves en el feto, incluyendo parto prematuro, retraso del crecimiento y graves lesiones oculares y cerebrales. Cuando una mujer embarazada contrae la enfermedad no suele presentar síntomas, pero puede trasmitir la infección al feto en desarrollo.
¿Qué puedes hacer al respecto? Pide a otra persona de la casa que se encargue de limpiar el cajón de los excrementos del gato y asegúrate de que lo limpia a conciencia y regularmente y que luego se lava las manos.
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