
Aborto espontáneo o involuntario: Todo lo que necesitas saber 🌼
“Aborto espontáneo” es el término médico para la pérdida natural de un embarazo antes de las 20 semanas de gestación. También se le llama “pérdida gestacional precoz” en algunos casos. Es distinto del aborto provocado. Lo más importante: No estás sola, y conocer lo que ocurre puede ayudarte a afrontarlo mejor.
Qué es un aborto espontáneo
Un aborto espontáneo (también llamado involuntario) es la expulsión natural del embrión o feto antes de la semana 20 de gestación, sin intervención médica planificada para interrumpir el embarazo.
Si la pérdida ocurre después de la semana 20, ya se considera muerte fetal o muerte intrauterina.
Frecuencia y estadísticas
- Entre el 10 % y el 20 % de los embarazos confirmados terminan en aborto espontáneo.
- Muchas pérdidas ocurren muy temprano, incluso antes de que la mujer sepa que está embarazada, lo que hace que la cifra real sea probablemente mayor.
- La mayoría de los abortos espontáneos tienen lugar durante el primer trimestre (las primeras 12–13 semanas).
- En España, datos del Ministerio de Sanidad señalan que el aborto espontáneo es una causa habitual de consulta en Atención Primaria y en hospitales. Por ejemplo, en 2018 se registraron 70.037 congreso de datos entre consultas y altas hospitalarias relacionadas con “resultado abortivo”.
Causas más comunes
En muchos casos no se puede identificar una causa concreta, pero se conocen algunas explicaciones frecuentes:
- Alteraciones genéticas / cromosómicas: Es la causa más frecuente, especialmente en el primer trimestre. Problemas en el número o estructura de los cromosomas impiden el correcto desarrollo del embrión.
- Embarazo anembrionado: cuando se forma el saco gestacional pero no el embrión, o este muere muy pronto.
- Muerte fetal intrauterina: cuando el feto se desarrolla, pero muere antes de que se manifiesten síntomas externos.
- Problemas hormonales o endocrinos: alteraciones de tiroides, problemas con la progesterona, diabetes mal controlada.
- Factores anatómicos del útero: malformaciones uterinas, miomas, o adherencias que dificultan la implantación o crecimiento.
- Trastornos de coagulación: ciertas alteraciones que afectan al flujo sanguíneo de la placenta.
- Infecciones: tanto maternas como del tracto genital, algunas pueden afectar el embrión o la placenta.
- Estilo de vida: tabaquismo, consumo de alcohol, drogas, obesidad, nutrición deficiente.
Factores de riesgo
Estos factores aumentan la probabilidad de aborto espontáneo, aunque no lo garantizan:
| Factor | Cómo influye |
|---|---|
| Edad de la madre | Mujeres mayores de 35 años tienen más riesgo debido a mayor frecuencia de anomalías cromosómicas. |
| Embarazo previo con aborto | Si has tenido abortos previos, el riesgo de que ocurra otro puede aumentar. |
| Problemas de salud crónicos | Diabetes, enfermedades autoinmunes, enfermedades tiroideas, obesidad. |
| Hábitos de vida | Fumar, consumo de alcohol, drogas, mala alimentación. |
| Infecciones | Algunas infecciones maternas pueden aumentar el riesgo. |
| Problemas estructurales | Alteraciones del útero, miomas, o éstas tras intervenciones quirúrgicas anteriores. |
Tipos y terminología
Es útil conocer los distintos términos que se utilizan para describir situaciones parecidas. Cada una tiene matices técnicos que pueden afectar al diagnóstico, tratamiento y gestión emocional.
- Aborto espontáneo consumado: todo el tejido gestacional ha salido.
- Aborto espontáneo incompleto: parte del tejido permanece en el útero.
- Aborto retenido: el embrión ha muerto o nunca se formó, pero no hay expulsión inmediata.
- Aborto inevitable: hay signos seguros de que el aborto continuará, como dilatación del cuello uterino, sangrado abundante, dolor intenso.
- Amenaza de aborto: cuando hay sangrado, dolores o señales de que puede ocurrir, pero todavía no se ha producido la pérdida.
Síntomas de alerta
Los síntomas pueden variar mucho, y algunos embarazos siguen adelante a pesar de señales que asustan. Si notas algo de lo siguiente, es recomendable contactar con un profesional:
- Sangrado vaginal: desde manchados hasta sangrado tipo regla o más intenso.
- Dolor o calambres tipo menstrual, en zona baja del abdomen o espalda baja.
- Expulsión de tejido o líquido de la vagina.
- Disminución o desaparición de los síntomas habituales de embarazo (“náuseas”, sensibilidad en los pechos, etc.).
- En casos infecciosos o complicados, fiebre, olor desagradable, malestar general.
Diagnóstico
Cuando hay sospecha de aborto espontáneo, los médicos suelen seguir este camino:
- Entrevista clínica y revisión de síntomas: cuándo comenzaron, cuánto sangrado, tipo de dolor, etc.
- Ecografía vaginal o transabdominal: para comprobar si hay embrión, latido cardíaco, saco gestacional, si desarrollo correcto. Esto ayuda a diferenciar entre embarazo viable, aborto retenido, aborto anembrionado.
- Análisis de sangre: niveles de hormonas del embarazo (hCG), progesterona, a veces sangre completa si se sospecha inflamación o infección.
- Control del estado del útero: asegurarse de que no quedan restos, lo que puede provocar infección o sangrado prolongado.
Tratamientos y cuidados médicos
El tratamiento depende del momento de la pérdida y de lo que muestre el diagnóstico:
- Si el aborto es temprano y el cuerpo está expulsando todo por sí mismo, puede no necesitar intervención médica. Se realiza seguimiento.
- Si quedan restos en el útero o hay sangrado abundante, se puede recomendar medicación para ayudar a expulsarlos o un procedimiento quirúrgico (dilatación y curetaje).
- En casos de infección o riesgo de complicaciones, se administran antibióticos, vigilancia hospitalaria si hace falta.
Recuperación física y emocional
La pérdida gestacional no es solo física; también tiene un gran impacto emocional.
- Físicamente: recuperación del útero, de los niveles hormonales. Puede necesitarse algo de reposo, evitar relaciones sexuales hasta que se indique, buen control del sangrado.
- Menstruación suele volver en 4-6 semanas tras el aborto, dependiendo del momento en que ocurrió.
- Emocionalmente: tristeza, culpa, duelo. Es completamente normal. Puede ser útil hablar con pareja, familiares, o recurrir a apoyo profesional si los sentimientos sobrepasan lo que puedes manejar sola.
Cuándo hablar con un profesional
Debes consultar con un ginecólogo, matrona o profesional de salud si:
- El sangrado es abundante (empapando más de una compresa en 1-2 horas).
- Hay fiebre, mal olor, signos de infección.
- Dolor que no mejora con analgésicos habituales.
- Si hubo expulsión de tejido, para confirmar que no quedan restos.
- Si has tenido más de un aborto espontáneo, para estudiar posibles causas.
- Si lo deseas, para asesoramiento sobre cuándo intentar otro embarazo.
Prevención: Lo que puedes hacer
No todos los abortos se pueden prevenir, pero sí hay estrategias que pueden ayudar a reducir el riesgo:
- Llevar un estilo de vida saludable: dieta equilibrada, descansar lo suficiente, evitar tabaco, alcohol, drogas.
- Controlar enfermedades crónicas (diabetes, tiroides, enfermedades autoinmunes) antes de quedar embarazada.
- Mantener un peso adecuado: ni obesidad ni bajo peso extremos.
- Evitar toxinas ambientales si es posible.
- Hacer seguimiento médico temprano del embarazo.
- En caso de abortos repetidos, consultar en unidad especializada para estudio genético, inmunológico o anatómico.
Lo que NO causa un aborto espontáneo
Hay muchos mitos alrededor del aborto espontáneo. Aquí lo que la evidencia dice que no causa abortos espontáneos:
- Relaciones íntimas con normalidad, salvo indicación médica contraria.
- Ejercicio moderado (caminar, yoga suave), siempre que no haya complicaciones o riesgo específico.
- Trabajar, hacer vida cotidiana normal, si no hay una condición médica que lo contraindique.
- Pequeños golpes o esfuerzos leves.
- Alimentarse bien: lo que sí importa es la nutrición buena, pero no se ha demostrado que alimentos concretos o suplementos “mágicos” prevengan totalmente.
Recursos de apoyo
- Asociaciones de duelo perinatal: hay grupos que ofrecen acompañamiento emocional para madres, padres y familias.
- Atención psicológica: hablar con psicólogas/es puede ayudar mucho.
- Información fiable: webs de Salud Pública, ginecología, hospitales universitarios.
- Apoyo personal: compartir lo que sientes, no guardarlo todo para ti.
El aborto espontáneo es una realidad dolorosa pero relativamente común. Muchas veces no se puede evitar, y no siempre hay una causa clara. Lo esencial es reconocer los síntomas, buscar ayuda médica cuando sea necesario, cuidar tanto tu cuerpo como tus emociones, y saber que no estás sola.
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