Para cada fase del parto hay distintos tipos de respiración que lo facilitan y hacen más efectivas las contracciones del útero.
Es importante que conozcas estas técnicas de respiración y que te habitúes a practicarlas diariamente. Si lo haces todos los días podrás utilizarlas sin esfuerzo y de forma espontánea cuando llegue el parto.
Adecuar tu respiración a las distintas fases del parto te permitirá:
- Facilitar el proceso del parto.
- Aprovechar al máximo tus energías.
- Sentir menos dolor.
- Oxigenar mejor al bebé y al útero.
- Aumentar tu capacidad respiratoria.
- Focalizar tus pensamientos en la ayuda a tu hijo en estos momentos.
Puedes utilizar tres tipos básicos de respiración para cada una de las distintas fases del parto:
- Respiración lenta, para la dilatación.
- Respiración soplante rápida, para no empujar.
- Respiración de expulsión, para la salida del bebé.
Además de estas tres respiraciones básicas, existe una respiración de limpieza o profunda, que debes hacer siempre al inicio y final de cada contracción (respiración completa).
Respiración completa o profunda
Esta respiración consiste en tomar aire llenando al máximo los pulmones y el vientre, y echarlo luego notando que está saliendo el aire de tu cuerpo. Debes utilizarla antes y después de cualquier tipo de respiración.
Respiración lenta
Consiste en tomar poco aire por la nariz y soltarlo por la boca. Debes realizarla a un ritmo de entre diez y quince respiraciones por minuto, tardando más tiempo en soltarlo que en tomarlo. La debes utilizar durante la primera fase del parto.
Respiración soplante rápida
Consiste en tomar aire y expulsarlo rápidamente por la boca mientras dura una contracción. Al ser muy agotadora sólo se reserva para esos momentos en los que debes “controlar” la necesidad de empujar. Se parece al jadeo de una persona que acaba de correr.
Respiración de expulsión
Consiste en tomar aire por la nariz llenando al máximo los pulmones, reteniéndolo y empujándolo con fuerza hacia abajo.
Debes utilizarla durante el período expulsivo. Aprovecha las contracciones y los deseos de empujar para facilitar la salida del niño.
Son mejores dos o tres pujes fuertes que muchos débiles. Además cuando empieza y termina la contracción debes, en este caso, realizar una o dos respiraciones profundas o completas.
Acostúmbrate a practicar la respiración durante el embarazo y no te preocupes si resulta difícil recordarla. En el parto te saldrá espontáneamente la respiración si la has practicado suficientemente, y además siempre puedes seguir las indicaciones y consejos del personal sanitario que atiende tu parto.
Fuente: Junta de Andalucía. Embarazo
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